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lunes, 7 de febrero de 2011

SE ACABA LA TEMPORADA, COMIENZA EL TRABAJO

Ya ha llegado a su fin la temporada de caza menor y con él ha surgido también la necesidad de hacer el inevitable balance, aunque solo sea mental, de los resultados obtenidos.
Como en temporadas anteriores, la situación se podría calificar como desigual tanto en función de las especies como de las zonas, con cotos en los que no ha ido la cosa mal del todo y otros, a veces no muy lejanos, en los que los morrales han vuelto a casa sin una triste mancha.
Sin embargo, en general, a pesar de que algunos se hayan salvado, si echamos la vista atrás y analizamos la situación a medio plazo, podremos darnos cuenta de que la tendencia siempre es a la baja, unos años más y otros menos, pero siempre se va cazando un poco menos. Las perdices no crían bien, los conejos se mueren por mixo o enfermedad hemorrágica, las liebres mueren envenenadas y no se recuperan... una situación preocupante de verdad.
Por eso, ahora que la caza está reciente y los pesares o alegrías cercanos, es momento de analizar también las necesidades de nuestro coto y, sin descanso, cambiar las escopetas por azadas, tractores, agua, comida... es tiempo de seguir cazando, pero de otra manera, de salir al campo a hacer gestión para que la tendencia negativa se vaya invirtiendo poco a poco.
Si desaprovechamos la oportunidad de ese recuerdo cercano y dejamos que pasen unos meses, muchos de nosotros nos olvidaremos, por desgracia, del coto, de los perros, de la caza.... y nos sentaremos a la espera de que la próxima temporada sea mejor. Difícilmente lo será si no hacemos nada para lograrlo.
De este modo, hay factores en nuestros acotados que son, prácticamente, insalvables, reforestaciones mal planteadas, agriculturas intensivas y concentraciones parcelarias... pero si hay otras muchas cosas que se pueden hacer según el caso, desbroces y clareos de monte, siembras para perdices, conejos o liebres en las que no se echen herbicidas ni se coseche, zonas de reserva, colocación de comederos y bebederos de cara al final de primavera y verano..., construcción de vivares para los conejos, o perdederos para las liebres, recuperación de linderos.... o incluso, en caso necesario, repoblaciones, siempre con todas las precauciones y prudencia posibles.
¡Manos a la obra!

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