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lunes, 14 de marzo de 2011

LA ALIMENTACIÓN DEL CONEJO DE MONTE EN CAUTIVIDAD

Uno de los factores más limitantes a la hora de determinar la calidad de conejos de monte empleados en repoblaciones y que proceden de explotaciones cinegéticas es la alimentación.
Son muchas las granjas en las que el único alimento del que los animales disponen antes de ser liberados en el campo es pienso compuesto, muchas veces medicado, idéntico al que se emplea con conejos domésticos.
Desde un punto de vista nutricional para los animales y de comodidad para los productores es el alimento ideal, se consiguen crecimientos rápidos, sin problemas infecciosos, tiene un adecuado rendimiento, se almacena fácilmente...
Sin embargo, este alimento provoca también el desarrollo de una flora gastrointestinal asociada que estará adaptada a esas condiciones de pienso seco, medicado, con unas determinadas proporciones de fibra, proteina..... Cuando esos animales son liberados en nuestros cotos, se produce un cambio radical en el alimento, los conejos para sobrevivir tendrán que consumir lo que les ofrece el entorno en el momento de la suelta, normalmente primavera u otoño, donde abunda el forraje y la humedad puede llegar a ser elevada.
En estas condiciones se produce una disbiosis intestinal, asociada a un síndrome de malabsorción gastrointestinal, diarreas y, en muchos casos la muerte de los animales o una debilidad que puede facilitar la labor de los predadores naturales del entorno.
De este modo, podremos en esforzarnos en adquirir animales genéticamente puros, con buenas condiciones sanitarias, pero correremos otro riesgo más, el de una mala alimentación previa.
Por ello, sería fundamental que los productores de especies cinegéticas se esforzaran por ofrecer a sus animales unas condiciones similares a las que luego se encontrarán en el entorno de suelta, entre otros el alimento.
En Ibercun, este aspecto nos preocupa en gran medida, de modo que uno de los trabajos fundamentales es el laboreo de los cercados donde se alojan nuestros animales. Por un lado se hace una labor indirecta de saneamiento de las instalaciones y, por otro, se fomenta el crecimiento de forraje natural que favorezca el adecuado desarrollo de nuestros animales. Además, en épocas en las que no es posible disponer de este pasto natural, se ofrece alfalfa en rama y grano de cereal únicamente, y así, se trata de simular las condiciones naturales y favorecer el éxito de nuestros animales tras las sueltas.

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