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lunes, 22 de noviembre de 2010

PLAN DE VIGILANCIA SANITARIA PERMANENTE DE LA FAUNA SILVESTRE EN CASTILLA Y LEÓN

El pasado 16 de noviembre de 2010 se publicó en el Boletín Oficial de Castilla y León la Orden AyG/1535/2010, de 18 de Octubre, por la que se aprueba el Plan de Vigilancia Sanitaria Permanente de la Fauna Silvestre de Castilla y León.
Se trata de un ambicioso plan que pretende establecer un sistema de muestreo y vigilancia continua en explotaciones cinegéticas, núcleos zoológicos y espacios naturales acotados (figura que viene a incluir cualquier espacio vallado o señalizado en el que estén presentes especies silvestres, cinegéticas o no).
Este sistema prevé un muestreo sistemático tanto en explotaciones de animales silvestres como en ejemplares cazados y en cadáveres de aquellos encontrados muertos.
A priori se plantea como un novedoso, a la vez que necesario, sistema de control sanitario para nuestra fauna silvestre, si bien, a simple vista surgen numerosas dudas en cuanto a la organización de los controles y las dificultades para obtener las muestras, tanto de los ejemplares abatidos, como de los encontrados muertos (muestras en buenas condiciones) o, incluso, la toma de muestras en determinados ejemplares y explotaciones cinegéticas.
Esperemos que su ejecución sea exitosa y no suponga una traba más para la comercialización en explotaciones cinegéticas que ya encuentran numerosas dificultades administrativas para vender sus animales para repoblación, por considerar muchas veces a un mismo nivel una perdiz roja o un conejo de monte que una vaca o una oveja que van de explotación a explotación o a un matadero y no, como en nuestro caso, donde el destino principal es un coto de caza  o un espacio natural.
Por último, sería necesario considerar la posibilidad de que, de la mano de estos controles sanitairos oficiales en explotaciones cinegéticas, se hiciesen también controles orientados a determinar la pureza genética de los animales que luego se destinan a ser liberados en nuestros campos, de modo que se tratase de evitar la suelta de cientos o, incluso, miles de ejemplares mestizos que año tras año contaminan los cotos y muchas veces solo sirven para engordar zorros o rapaces o para una caza inmediata de una pequeña de los que se repueblan.

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